Parar un momento, sentaros y mirar a vuestro alrededor, no os ha pasado
nunca veros y estar fuera de lugar? Sentiros diferentes?
Me encanta ver a la gente,
observarla analizarla. A veces simplemente cuando ando por la calle, o cuando
entro al supermercado, o a la cafetería, o al gimnasio. Me gusta observar todo
lo que me rodea imaginar cómo será cada
una de esas personas que se cruzan a mi alrededor, me imagino su estilo de
vida, si estarán casados, con familia, si serán deportistas, si serán altos
ejecutivos, si tendrán prisa y sobretodo me pregunto si serán felices.
La felicidad; algo de lo que
hablo a menudo y que ni yo sé definir ni sé si la he encontrado. ¿Qué es la
felicidad? ¿Es un estado? ¿Un momento? ¿ La podemos encontrar solos o necesitamos a alguien?
Leer es una de mis pasiones, desde pequeñita
uno de mis autores preferidos ha sido el psicólogo y escritor Jorge Bucay. Me
pasaba horas leyendo sus libros una y otra vez, subrayando todo aquello que me
gustaba e imaginándome un mundo perfecto. Con él aprendí que la felicidad no es
un estado sino un camino que hay que seguir día tras día.
El triatlón es mi pasión pero en
los últimos meses he descubierto que lo que realmente me hace feliz es el poder
compartirlo, que lo que me hace feliz es estar a vuestro lado. Compartir
salidas en bicis por la nacional y alguna que otra crono escalada , compartir
metros en la piscina sin poder acabar las series de la tos que me entra por
todo el cloro que hay, o el poder correr
una media maratón con vuestros ánimos. Ya que para mí la felicidad es poder
compartir mi vida con vosotros y que sin vosotros yo no soy nadie. Sé que a
veces puedo parecer una “fanática” del entrenamiento pero lo disfruto cuando
estoy a vuestro lado sufriendo metro a metro, ya que vosotros me dais la
energía que necesito día a día.
Trail de Font Romeu, 25 km de carrera sobre nieve. Allí
descubrí que hay muchas maneras de
encarar una competición y la de “hacerla tranquilamente” está muy pero que muy
bien. Así que junto a la mejor compañía que podía tener fuimos “a ritmo
cochinero” los 25 km que teníamos por delante. Sufriendo en los primeros km y atiborrándonos
de ciruelas secas y panteras rosas con sabor embutido el resto. En fin que se
agradece el poder gozar de unas vistas increíbles y de correr sin presión
durante unos metros! Totalmente recomendable!
En fin, un post que no tiene
mucho sentido para algunos pero que espero que para otros sí, que estamos en
nada y menos de empezar temporada de duatlones y que estamos a tope con entrenamientos
y que la sangre a estas horas cuesta que llegue a la cabeza… así que las manos
escriben lo que el corazón les dice… locuras de una rubia J
Un abrazo y venga que mañana es
viernes!
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